¿Quienes son Los Profesionales del Marketing?
Aunque casi cada profesional del marketing tiene una opinión diferente sobre la mejor forma de utilizar los medios, modelos y parámetros nuevos, parece haber un acuerdo general sobre el punto de inicio: la forma del futuro de la publicidad y el marketing es demasiado novedosa, importante y dinámica para quedarse en las prácticas tradicionales de marketing o en las costumbres por mucho tiempo establecidas de compañías de medios y agencias de publicidad.
Entonces, ¿quién guiará el futuro? Una respuesta promisoria ha
sido el surgimiento de una nueva clase de directores de marketing altamente
capacitados que están tomando parte activa en la creación de
modelos de marketing más enfocados en el rendimiento de la inversión,
multiplataforma y objetivos como nunca antes.
El “Súper CMO” (Chief Marketing Officer, por su siglas en inglés), un
término acuñado en 2004 por los profesores John Quelch y Gail McGovern,
de la Harvard Business School, es una nueva raza poderosa de
profesionales del marketing con un asiento en la mesa directiva de la
administración superior de las compañías. Estos individuos tienen un
mayor sentido común de los medios y están más enfocados en la responsabilidad
que sus predecesores; insisten en dirigir el desempeño
comercial, la innovación y los resultados, no sólo en aconsejar o administrar
campañas de marketing y supervisar a sus vendedores de publicidad.
Debido a su función mejorada, conducen muchos de los cambios
que ocurren a través del ecosistema de marketing y medios. Ellos son
los ejecutivos que presentan demandas a, y esperan resultados de,
socios de medios, sus agencias de publicidad y sus propios equipos de
marca.
Dicen: “Necesito una campaña integrada. Necesito algo que sea
mucho más convincente que un comercial de 30 segundos. Necesito
algo que entregue resultados.” Sin la presión de su insistencia, el futuro
podría haber tardado mucho más en llegar.
Quizá el mayor dirigente de cambio creado por estos Súper CMO es
el alto grado de responsabilidad que exigen. Esto, a cambio, ha terminado
con la paradójica ambigüedad del marketing durante el siglo XX.
Los expertos del marketing insistirán cada vez mas en la medición de resultados
Más allá de la promoción y los gastos, que es básicamente un experimento
en la fijación de precios al menudeo, siempre ha sido difícil
saber si, o cómo, la publicidad mueve marcas y negocios. “¿La publicidad
incrementa la demanda de los productos de una cierta firma?”,
pregunta el profesor Neil Borden, de la Harvard Business School, en su
texto clásico de 1942, The Economic Effects of Advertising. “Indeterminado”,
concluyó. ¿Eso descarta la competencia de precios? “En ningún
caso”, escribió.
Por tanto, la publicidad creció como una iniciativa basada en la fe,
con las agencias de publicidad y profesionales creyendo que funcionaba
mejor cuando generaba conciencia de marcas y productos a través de
una amplia porción de la población objetivo.
En este enfoque “sprayand-
pray”, el éxito se basaba en los puntos de rating brutos (GRP, gross
raiting points, por sus siglas en inglés), la circulación impresa o la participación
total de audiencia o mercado alcanzados (SOV, total share of
voice, por sus siglas en inglés), en agudo contraste con cualquier medida
del verdadero efecto de la publicidad en el comportamiento del consumidor.
El grado de conciencia fue el valor más grande.
“Si 90 por
ciento [de la audiencia] no la recuerda”, escribió Rosser Reeves, el líder
de la gigantesca agencia de publicidad Ted Bates, en 1960, en el punto
máximo de la influencia de la publicidad, “la historia [de un anuncio
particular] no se desgasta”.
Debido al desacelerado crecimiento económico durante la década de
los años setenta, los profesionales del marketing empezaron a reevaluar
su actitud liberal hacia el análisis de la eficacia del marketing. Pero no
fue sino hasta la década de los años noventa y el surgimiento de la internet
que comenzó la revolución de la responsabilidad.
Todavía estaba en
desarrollo hace ocho años, cuando el columnista de publicidad Randall
Rothenberg (actualmente CEO del Interactive Advertising Bureau) escribió
en la revista Wired: “Las nuevas tecnologías de medios, al reducir
drásticamente los costos de producción y distribución y hacer posible
refinamientos casi continuos e instantáneos del mensaje, prometen incrementar
la eficiencia de la publicidad responsable…
La falsa distinción
entre la publicidad de imagen y la publicidad al menudeo se
deteriorará, para luego desaparecer, y como cada anuncio, cada placement
de producto, toda editorial podrá estar unida a las transacciones”.
Con esa promesa dirigiéndolos, los CMO (y sus colegas en cada nivel
de las organizaciones de marketing) ya no estarán satisfechos con campañas
que sólo crean conciencia o consideración. Quieren campañas
que lleven a la acción. Cada vez más, insistirán en el análisis y la perspectiva
que puedan confirmar la influencia de un anuncio en la preferencia,
compras y lealtad del consumidor.
Presionarán a las agencias de
publicidad y compañías de medios para ir más allá de los parámetros
de alcance y frecuencia hacia una evidencia más tangible y cuantificable
de rendimiento en la inversión de marketing.
Los profesionales de
marketing ya no preguntarán: “¿Cuál es el costo de los GRP que estoy
comprando?” En vez de eso, quieren saber “cuántos registros en línea
generó ese anuncio… y cuántos se convirtieron en leads o ventas reales”.
Los Súper CMO también están empujando hacia la innovación de la
publicidad. No están conformes con esperar a que sus vendedores satisfagan
sus necesidades. En vez de eso, constantemente crean nuevas
capacidades, tanto a nivel interno como por medio de la creación de
nuevas constelaciones de relaciones con compañías de medios y otros
especialistas en servicios de marketing.
Tome el Tremor, de Procter & Gamble, una unidad interna de marketing
“boca-a-boca” que fomenta la prueba y consideración de marca
por medio de una red digital de cerca de 250 000 jóvenes iniciadores de
modas.
Las comunidades interactivas como Tremor acceden al poder
de los “consumidores alfa” (iniciadores de modas y “primeros adoptantes”)
para crear múltiples beneficios para los profesionales . Los sitios
corren la voz sobre nuevos productos al llegar a los influyentes
claves; evitan los medios tradicionales para conectarse con los segmentos
difíciles de comprometer (como los jóvenes multitarea); comunican
mensajes de marca de forma que los consumidores los
interpreten como más auténticos; y entregan perspectivas más profundas
(con mayor frecuencia patentadas) del consumidor.
Y ellos, también,
pueden convertirse en activos generadores de ingresos por su
propio derecho. Compañías de primer orden como Coca-Cola, Toyota y
EMI reportaron haber “rentado” Tremor como parte de sus propios esfuerzos
de marketing enfocados en la juventud.
0 comentarios:
Publicar un comentario